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lunes, 24 de noviembre de 2014

RAYOS, TRUENOS Y CENTELLAS

Sonaba el despertador la mañana del Domingo, iniciándose un nuevo día de senderismo.

Primer vistazo a la calle....."uff esta despejado, parece que le señor del tiempo a fallado", tras varias gestiones por Nava para preparar todo, una liviana capa de nubes toman el cielo, acompañado de un ligero viento, lo que nos hacia pensar que el viento nos ayudaría a que no lloviera. Se acercaban las 10 de la mañana y poco a poco empeoraba la cosa, unas gotas caían, íbamos a tener a nuestra ya familiar lluvia con nosotros, lo que provoco un pequeño bajón porque pensamos que la gente se echaría atrás.

Legaron la 10 en punto cuando cual fue nuestra sorpresa cuando aparecimos en la Plaza Mayor y 20 valientes estaban allí esperándonos, equipados con todo el kit del buen senderista, palos, botas, cazadores impermeables, algún chubasquero y más de un paraguas. No hacía falta más que hacer la pregunta de rigor, ¿quereís ir pese al día que tenemos? y con decisión nos dijeron, Sí.

Tras estos les explicamos que ya que el día no acompañaba ibas a ir únicamente hasta La Mesalta, realizando la misma ruta programada pero girando aproximadamente en el kilómetro 7 retornando hacia Nava de nuevo, acortando el tiempo de la ruta a dos horas y media.

Comenzamos la ruta y tras unos minutos por el camino de Torrejón, parecía que no iba a ser muy molesta la lluvía, pero durante unos 20 minutos la intensidad de esta aumento momento que más incomoda se hizo la ruta. Fue después de este chaparrón cuando alcanzamos los pinares de "Las Ordas" y donde el temporal empezó a amainar.

La Mesalta desde donde se disfruta del Mar de Pinares y de la Sierra de Guadarrama
Media hora después el grupo alcanzo La Mesalta que no nos mostró la belleza que encontramos el día anterior pero que con la neblina le daba otro encanto que pocos hayan vivido.

Los 20 valientes que se atrevieron con la actividad pese al mal clima
Abandonamos entre nícalos el pinar para alcanzar el Camina que va hasta el pueblo vecino de Nieva, recorriendo apenas 500 metros para abandonar la ruta prevista y dirigirnos de nuevo hasta Nava. Aquí fue donde la lluvia nos abandono e hizo que la vuelta fue un paseo más agradable.

A la una llegamos a la Plaza del Caño donde nos esperaba el ansiado avituallamiento para reponer fuerzas.


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